jueves, 6 de diciembre de 2007

J.Bochaca y la Europa de las etnias CEDADE








Puntos XVII al XIX
XVII- NACION
Entendemos por Europa a la comunidad de los pueblos blancos. Ideológicamente hablando, pues, toda idea geográfica de Europa como comunidad de algunos pueblos blancos asentados en un territorio concreto, o toda idea restrictiva con respecto a algún pueblo blanco en concreto, es contraria a nuestra idea de Europa como comunidad racial.
Consideramos a Europa como una futura confederación armónica de pueblos autogobernados, y no como una nueva forma rígida de uniformidad imperial.
Sólo en aquellas cuestiones que conciernan a la supervivencia del pueblo europeo en su conjunto debe existir una unidad centralizada (por ejemplo, defensa, relaciones exteriores, demografía, planificación macroeconómica, etc).
Esta confederación europea debe empezar realizándose en pueblos cercanos geográfica y culturalmente. En este sentido la unidad de la Europa geográfica actual no es sino un primer paso previo e ineludible a la posterior integración de todos los demás pueblos blancos (USA, Argentina, Australia, etc).
Estas razones geopolíticas hacen fundamental, ya desde ahora, una unidad defensiva europea. Debe evitarse cualquier atomización en microestados políticos de Europa, que debilitan su unidad, en especial en las actuales circunstancias de lucha por la supervivencia de nuestra forma racial.
Estamos totalmente en contra de todo tipo de asociaciones de carácter militar o económico dirigidas por al Finanza Internacional. El Mercado Común o la OTAN, no son sino la antítesis del ideal europeo y jamás podrán constituir la base de nuestra unidad.
La sustitución de las fronteras actuales por una unión de etnias autónomas pasa por el previo entendimiento de las 'patrias' actuales, por la difuminación del nacionalismo cerril y por una concienciación popular de la realidad de los pueblos que componen Europa.
Por tanto, en esta primera etapa respetamos la situación actual de las 'patrias históricas', intentando imponer poco a poco los conceptos étnicos, apoyando las autonomías, fundamentalmente en aspectos culturales, administrativos y educativos.
Hoy en día ya se dan casos de identificaciones permanentes entre nacionalidad étnica y nacionalidad histórica en algunas zonas.
El respeto a las demás comunidades raciales es uno de nuestros principios básicos. Cualquier necesidad o exigencia para con estas comunidades (materias primas, alimentación, energía, etc) debe ser tratada mediante negociación y respetando los derechos inherentes de todo ser humano independientemente de su raza.
Sólo en aquellos casos en que la supervivencia de nuestra comunidad racial se vea realmente amenazada por posturas arbitrarias o intransigentes estaría legitimado el uso de la fuerza.
XVIII- BANDERAS E IDIOMAS :
Apoyamos y fomentamos en uso de las banderas étnicas de cada pueblo, así como el mantenimiento, uso y difusión a todos los niveles de los idiomas populares. Por razones de índole práctica este reconocimiento deberá simultanearse con el establecimiento de idiomas básicos para las relaciones intereuropeas, así como de una bandera confederal, y políticamente representativa de nuestra unidad racial. Ambos no deben ser impuestos por la fuerza sino aceptados por todos los pueblos europeos como símbolo de su unidad.
XIX- SEPARATISMO :
Consideramos separatismo precisamente la falta de voluntad o apoyo entre pueblos europeos, representados por aquellos movimientos que invocan el odio, el desprecio o el rencor contra otros pueblos europeos. Así pues nos manifestamos radicalmente contrarios a los movimientos chauvinistas, sean del color que sean, que defiendan el pequeño nacionalismo decimonónico, ya trasnochado.
No pueden considerarse separatismo los deseos de autogobierno de los pueblos europeos, sino el odio, rencor o falta de ayuda entre ellos.

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